Una pústula es una protuberancia de un tamaño pequeño o grande, que se encuentran en la piel, generalmente pueden estar llenos de pus o líquido y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
¿Qué sitios del cuerpo son más propensos a las pústulas?
Aunque las pústulas pueden salir en cualquier zona, hay más riesgo de que aparezcan en: la espalda, el cuello, rostro, cuero cabelludo, pecho, abdomen, brazos y en todas las zonas donde se produce el crecimiento del vello, por ello, también pueden aparecer en el pubis o las axilas.
¿Por qué aparecen las pústulas?
Las pústulas se pueden formar como consecuencia de picaduras de insectos, heridas, cicatrices, cabellos enquistados, alergias alimentarias, eccemas y acné.
Siempre que se produzca una inflamación de la piel, se puede producir la formación de una pústula.
Con el acné o la formación de granos, el tejido se inflama, se oscure la piel y se produce un abultamiento. Al obstruirse los poros de la piel, las bacterias y los microorganismos que se encuentran en la piel, se acumulan y se produce una infección.
¿Cuáles son los signos de a formación de una pústula?
Las pústulas son muy sencillas de identificar en una exploración normal de la piel, ya que como, hemos comentado anteriormente, las pústulas son protuberancias en la piel, que adquieren un color rojizo, debido a la inflamación de los tejidos y blanquecino, por su contenido purulento.
Además, puede causar dolor al tacto y/o a la presión.
¿Qué debo hacer si tengo una pústula en la piel?
Lo primero que debes tener en cuenta es que las pústulas pueden aparecer de forma repetitiva o pueden formarse con el paso de los días, semanas o incluso meses y años.
En primer lugar, aparecen teniendo la apariencia de una mancha. En el caso que la pústula duela o aparezca un líquido transparente o blanquecino, se debe acudir al médico o dermatólogo para tratar adecuadamente la afectación.
Debes buscar ayuda médica, si además presentas alguna de estas afecciones:
- Fiebre
- Aumento de la temperatura en la zona afectada
- Piel fría
- Nauseas y vómitos
- Diarrea
- Dolor
En algunos casos se puede producir un brote repentino de pústulas, es muy importante acudir a su dermatólogo, para tratar esta afectación.
¿Cuál es el tratamiento de las pústulas?
En muchas ocasiones las pústulas pequeñas, desaparecen de manera natural y sin ningún tipo de tratamiento específico.
Pero en otras ocasiones, se deben tratar mediante: jabones, cremas, lociones o con antibióticos tópicos u orales, en aquellos casos más graves, se debe realizar la intervención quirúrgica.
Es muy importante que, si tu piel es delicada y propensa a las manchas, es aconsejable que realices un estudio de tu piel con tu médico, para determinar que tratamiento es más eficaz aplicar y cual es el más apropiado en tu caso.
No debes tocar ni reventar las pústulas, no los apretes, ya que podrías dañar la piel, provocando problemas más graves en tu salud, ocasionando que aparezcan infecciones importantes en los tejidos más profundos o sobre infectando estas afecciones.
Evita los productos grasos con base de aceite; así como vaselinas o lociones en las zonas afectada. Estos productos, tienden a empeorar las pústulas, obstruyendo los poros de la piel y provocando la aparición de más pústulas.
¿Qué diferencia hay entre una pústula y una pápula?
Las pápulas y las pústulas son lesiones de color rojo, que pueden ser pequeñas o grandes; no obstante, la diferencia entre ambas, es que las pápulas son relativamente profundas mientras que las pústulas son superficiales.
Dentro de este tipo de lesiones en la piel, también podemos diferenciar los nódulos, los cuáles son aún más grandes, profundos y sólidos en comparación con las pápulas.
Estas últimas lesiones dérmicas son muy similares a los quistes epidermoides.