Los macrófagos son células que pertenecen al sistema inmunológico y están especializadas en la detección, la fagocitosis y la destrucción de las bacterias y otros microorganismos, iniciando un proceso inflamatorio y la liberación de citocinas (moléculas que activan una reacción inflamatoria).
¿Cómo se forman los macrófagos?
Estas células se originan a partir de monocitos sanguíneos (células progenitoras mieloides, que se encuentran en la médula ósea. Estas células originan los promonocitos y después los monocitos sanguíneos), que dejan la circulación sanguínea y se diferencian en los distintos tejidos, en función del:
- Ambiente tisular en el que se encuentran
- El tipo de patógeno que deben reconocer
- El nivel de reacción (citocinas) que se debe producir.
Los macrófagos tienen la capacidad de poder circular por casi todos los tejidos, buscando patógenos y eliminando células muertas, bacterias y microorganismos.
¿Cuáles son sus funciones?
La primera de ellas consiste en detectar cuerpos extraños (parásitos, bacterias, virus) sustancias de desecho producidas por las células, tejidos.
Estas sustancias son introducidas en el interior para poder eliminarlas, este proceso se conoce por el nombre de fagocitosis.
Existen varios tipos de receptores en su superficie, que presentan los macrófagos, que los ayudan a reconocer las partículas a fagocitar.
Cuando los macrófagos se activan, empiezan a liberar citoquinas, que favorecen la respuesta inmunitaria con el objetivo de eliminar el agente patógeno.