La fracturas óseas son una lesión frecuente que se produce cuando un hueso se ve sometido a una fuerza mayor de la que puede soportar.
Una fractura puede ir desde una simple fisura hasta una rotura completa o separación del hueso en dos o más trozos.
Por suerte, la mayoría de las fracturas se curan bien con el tratamiento adecuado.
Otros artículos que te pueden interesar: ¿Cuánto tarda en curarse una fractura ósea?, Los beneficios de usar hilo dental.
Primeros auxilios en caso de fractura ósea
Si sospechas que alguien tiene un hueso roto, es importante que sigas inmediatamente los siguientes pasos:
Llama a los servicios de urgencias: Si la persona está inconsciente o siente un dolor intenso, llévala al servicio de urgencias de un hospital lo antes posible.
Mientras tanto, mantén el miembro lesionado en una posición estable y utiliza una férula o cabestrillo para ayudar a inmovilizar la zona afectada.
Eleva el miembro: Eleva el miembro por encima del nivel del corazón para reducir la hinchazón y minimizar el dolor.
Aplica hielo: Una bolsa de hielo o una bolsa de guisantes congelados envuelta en un paño pueden ayudar a reducir la hinchazón y las molestias.
No muevas la extremidad afectada: El movimiento puede empeorar la lesión y provocar daños mayores.
Tratamiento de las fracturas óseas
El tratamiento de una fractura ósea suele depender del tipo de fractura, su localización y su gravedad.
En general, puede clasificarse en dos tipos principales: tratamientos no quirúrgicos y quirúrgicos.
Tratamiento no quirúrgico
Para las fracturas menos graves, el médico puede recomendar la inmovilización con una escayola o férula, junto con antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para ayudar a controlar el dolor y la hinchazón.
El tiempo necesario para que se cure la extremidad dependerá de la gravedad de la fractura y de la edad y salud general del afectado.
También pueden prescribirse aparatos ortopédicos para ayudar a mejorar la función a largo plazo de la extremidad lesionada.
Tratamiento quirúrgico
Si un hueso roto requiere cirugía, el procedimiento suele consistir en alinear los trozos de hueso rotos, estabilizarlos con placas metálicas, tornillos, clavos o alambres, y luego inmovilizar la extremidad con una escayola.
En algunos casos, puede ser necesario un injerto óseo para promover el crecimiento de hueso nuevo.
Un injerto óseo consiste en tomar un pequeño trozo de hueso sano de otra parte del cuerpo -normalmente la cadera- y colocarlo en la zona de la fractura para ayudar a promover el crecimiento de hueso nuevo.
Fisioterapia y rehabilitación
Una vez retirada la férula o la escayola, puede recomendarse fisioterapia para ayudar a restablecer la fuerza, la flexibilidad y la función de la extremidad afectada.
La fisioterapia puede ayudar a reducir la hinchazón, mejorar la movilidad de las articulaciones y prevenir la formación de tejido cicatricial.
También puede ayudar a mejorar el equilibrio y la coordinación y a prevenir futuras lesiones.
Prevención de futuras fracturas
Para ayudar a reducir el riesgo de futuras fracturas, es esencial realizar regularmente ejercicios de carga para ayudar a fortalecer los huesos y mejorar el equilibrio.
Seguir una dieta sana rica en calcio y vitamina D, así como evitar o limitar el consumo de alcohol y tabaco, también puede ayudar a promover la salud ósea.
Además, es importante asegurarse de que no haya peligros de tropiezo en casa o en sus alrededores que puedan aumentar el riesgo de caída.
Una fractura ósea puede ser una experiencia dolorosa y aterradora, pero con el tratamiento y la rehabilitación adecuados, la mayoría de las fracturas se curan bien.
Es importante buscar atención médica inmediatamente si sospechas que alguien tiene un hueso roto y seguir todas las recomendaciones de tratamiento y rehabilitación para favorecer una recuperación completa.
Practicando regularmente ejercicio con carga, siguiendo una dieta sana y tomando medidas para reducir el riesgo de caídas, puedes ayudar a prevenir futuras fracturas.