Descubre todo sobre el pie cavo

En este post, te vamos a explicar qué es el pie cavo, cuales son sus síntomas y los principales tratamientos.

Los pies son los encargados de soportar el peso de nuestro cuerpo, por lo que constituyen la base sobre la que se sostienen todas nuestras articulaciones, músculos, órganos y huesos.

Clasificación de los pies según el arco plantar

Podemos diferenciar muchos tipos de pies, en función: del largo de los dedos, de la forma de los metatarsianos, tal y como os explicamos en el anterior post: ¿Qué tipos de pies existen?.

Además, también podemos diferenciarlos según la altura del arco plantar o del puente del pie.

Por ello, hoy os vamos a mostrar las principales características del pie cavo.

También puedes consultar todas las características del pie plano: aquí.

¿Qué es un pie cavo?

Según la altura del puente, los pies se pueden clasificar en: pie plano, pie normal y pie cavo, pero debes saber que la altura del arco plantar en sí, no provoca afectaciones importantes, sino que lo que provoca la aparición de lesiones y alteraciones, es una funcionalidad deficiente de las articulaciones y la musculatura del pie.

El pie soporta el peso de nuestro cuerpo, y es el encargado de distribuir las fuerzas y presiones a través de los movimientos en las articulaciones. Cuando estos movimientos son deficientes, pueden provocar la aparición de problemas, dolores y patologías, debido al mal funcionamiento de las articulaciones.

Por lo tanto, tener un pie plano o pie cavo no es malo, siempre que las estructuras anatómicas que componen el pie, puedan moverse y sostener el cuerpo correctamente.

Si las articulaciones que componen el puente del pie, trabajan de forma incorrecta, pueden provocan la aparición de tendinitis, lesiones musculares y articulares en pies y piernas, además de la aparición de lesiones en el tobillo, rodillas, cadera y espalda.

Por lo tanto, cualquier alteración o mal funcionamiento en los pies repercutirá de forma directa en las alteraciones en el resto del cuerpo.  

¿Qué causa un pie cavo?

Existen distintas causas que pueden provocar la aparición de un pie cavo, entre las cuales destacan:

• Pie cavo neurológico: suele formarse por desequilibrios musculares, entre los músculos intrínsecos y extrínsecos del pie, produciéndose un acortamiento de los músculos extensores de los dedos e intrínsecos del pie, además la aponeurosis plantar que contribuye en la aparición de las deformidades del pie.
• Pie cavo esencial: son aquellos pies cavos, que tienen un aumento de la bóveda plantar, pero no existe una patología que contribuya en su formación.
• Pie cavo secundario: este tipo de pies cavos, suele aparecer asociado a alteraciones osteoarticulares (como: artritis reumatoide, artrosis, artritis) o retracciones de partes blandas en el apoyo del pie (quemaduras, cicatrices).

¿Qué ocasiona el pie cavo?

El desarrollo de los huesos del pie no es igual en todas las personas, en unas se desarrollan durante la etapa fetal, mientras que en otras que se pueden ir desarrollando durante la niñez.

La mayor parte de los niños, tienen los pies planos, hasta una edad de 3-4 años, debido a que es una etapa en la que el niño empieza a caminar y necesita tener una mayor base de apoyo.

Cuando el niño alcanza los 5 años, se empieza a observar el
desarrollo del puente del pie.

En la mayor parte de las personas, el arco se va desarrollando durante la infancia, pero en algunas personas este arco plantar se desarrolla más de lo normal.

Este tipo de pies, concentran el apoyo en el talón y en la parte anterior del metatarso, es decir, por debajo de los dedos, sin apoyar el arco plantar y la parte externa del pie en el suelo.

Como tienen una menor superficie de apoyo, son pies más propensos a la inestabilidad, como: esguinces de tobillo, dedos en garra, metatarsalgias…

Por lo tanto, las personas que tienen pie plano o pie cavo, tienen una mayor probabilidad de desarrollar problemas relacionados con los pies y las piernas.

Esto se debe a que estas deformidades de los pies, pueden alterar la función articular normal de los huesos que componen las articulaciones centrales de los pies.

Estos problemas en los pies, se evalúan en función de la edad, la actividad física, el grado de deformidad y la presencia de alteraciones asociadas.

No todos los pies cavos, provocan dolor o molestia, por ello, se debe observar clínicamente, mediante un estudio biomecánico de la marcha, su funcionalidad para intentar que no afecte a otras estructuras, que puedan provocar la aparición de patologías más graves.

¿Qué síntomas provoca?

Las lesiones más frecuentes en este tipo de pie, suelen ser la aparición de hiperqueratosis, callo o durezas, bursitis, sesamoiditis, metatarsalgias…

Las hiperqueratosis o callosidades en la zona de apoyo, suelen ser muy frecuentes en los pies cavos, debido que toda la presión del cuerpo se concentra en dos partes del pie únicamente, en la parte anterior y en el talón.

Este aumento de presión, localizado en zonas muy concretas, aumentan el sufrimiento de la piel, provocando la aparición de callosidades o durezas.

Bursitis (inflamación de las bursas localizadas en el pie).

Las bursas son estructuras que están diseñadas para asumir fricciones y presiones en los pies, pero se inflaman si son excesivas.

Las Metatarsalgia y la sesamoiditis son patologías que se originan por un aumento de la presión excesiva en la parte anterior del pie, estos huesos y los tejidos que los rodean, suelen inflamarse por un aumento de la presión.

Este tipo de pies, puede provocar alteraciones de la marcha, las cuales pueden provocar repercusiones en las articulaciones y en la postura, generando una mala distribución de las cargas en las articulaciones, como el tobillo, rodillas, y espalda.

 ¿Cuál es el tratamiento para el pie cavo?

El pie cavo debe tener una serie de cuidados, que empezarán con la elección de los zapatos, ya que es aconsejable que estos no tengan un tacón superior de 3-4 cm, una correcta amortiguación y se debe utilizar un calzado que sujete correctamente nuestro pie, tanto por la parte del tobillo como por la parte de los dedos.

En muchos casos, solamente aplicando el calzado adecuado, se
solucionan algunas molestias.

Pero en otros casos, debido al mal funcionamiento de las articulaciones por un mal apoyo, es necesario el uso de plantillas personalizadas, tanto en niños como en adultos.

Plantillas podológicas personalizadas para pie cavo

 

El uso de plantillas podólogicas te ayudará a distribuir las presiones de tus pies, de forma homogénea, corrigiendo el apoyo plantar.

En el caso de los adultos, el uso de plantillas personalizadas, ayuda a reducir la sintomatología y el dolor, mejorando el apoyo y el movimiento en las articulaciones de los pies siempre que se utilicen las plantillas.

No obstante, en el caso de los niños, al aplicar las plantillas, se puede corregir su apoyo plantar, debido a que sus huesos aún no han acabado de formar y por lo tanto, se puede evitar que se estructure el arco del puente del pie.

Generalmente, en estos casos, se corrige el arco plantar y al finalizar la etapa de crecimiento no es necesario el uso de plantillas.

Los pies cavos, suelen tener mucha tensión en la musculatura del puente de pie, por ello es más frecuente que sufran de fascitis plantar o espolón calcáneo y además debido a la tensión muscular, los dedos se acostumbran a deformar, provocando la aparición de dedos en garra, para aumentar la estabilidad.