¿Qué es la bronquiolitis?

La bronquiolitis es una enfermedad respiratoria que afecta sobre todo a los niños pequeños. Suele estar causada por un virus, normalmente el virus respiratorio sincitial (VRS).

La enfermedad puede ir de leve a grave, y puede afectar a los pulmones, dificultando la respiración del niño.

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Síntomas de la bronquiolitis

El primer signo de bronquiolitis en un niño suele ser la tos. Esta tos puede volverse dura o acelerada, así como un sonido sibilante cada vez que el niño inhala aire.

El niño también puede respirar con dificultad o parecer cansado o apático.

Otros síntomas de bronquiolitis pueden ser fiebre baja, comer y dormir menos de lo normal y, a veces, respirar muy deprisa (60-70 respiraciones por minuto).

¿A quién afecta?

La bronquiolitis es más frecuente en niños menores de 2 años, y la mayoría de los casos se dan entre los meses de noviembre y marzo.

Sin embargo, la bronquiolitis no se limita a los niños y también puede afectar a niños mayores, así como a adultos.

¿Cómo se diagnostica la bronquiolitis?

La bronquiolitis suele diagnosticarse a través de los síntomas de la enfermedad, pero en algunos casos se requieren radiografías de tórax, análisis de sangre o pruebas de laboratorio.

Prevención y tratamiento

La bronquiolitis puede ser difícil de prevenir, ya que suele contagiarse por contacto estrecho con una persona infectada.

La mejor forma de reducir el riesgo de bronquiolitis es fomentar buenos hábitos de higiene, como lavarse las manos con frecuencia, evitar compartir vasos o utensilios con personas infectadas y mantener a los niños alejados de otros niños enfermos, si es posible.

No existe un tratamiento específico para la bronquiolitis, pero es importante asegurarse de que el niño se mantiene bien hidratado y vigilar sus síntomas.

En algunos casos, los médicos pueden recomendar medicamentos de venta sin receta para la tos y el resfriado, así como medicamentos de venta con receta para ayudar a reducir la inflamación y abrir las vías respiratorias.

En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización.

Es una enfermedad respiratoria infantil frecuente, causada con mayor frecuencia por el virus respiratorio sincitial.

Puede ir de leve a grave y puede requerir tratamiento y, en casos graves, hospitalización.

La mejor forma de reducir el riesgo de padecer esta afección es fomentar buenos hábitos de higiene y mantener a los niños alejados de otros niños enfermos, si es posible.