¿Por qué no podemos comer insectos?

Los insectos, al ser un avistamiento común en nuestro entorno, podrían parecer una fuente de alimento potencial.

Sin embargo, la idea de consumir insectos puede resultar bastante perturbadora para muchos y contraproducente.

Solo con la idea, puede desencadenar un sentido de repulsión en las personas, pero también hay razones legítimas por las cuales no incorporamos comúnmente insectos en nuestra dieta.

En este artículo, exploraremos las razones detrás de la reticencia a consumir insectos.

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El Aspecto Cultural

El ser humano debe seguir una alimentación variada y completa, formada principalmente por: hortalizas, verduras, frutas, legumbres, carnes y pescados. 

En muchas sociedades occidentales, su consumo ha sido estigmatizado, asociado con prácticas primitivas o incluso considerado repulsivo.

Seguridad Alimentaria y Regulaciones

Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, existen preocupaciones en cuanto al consumo de insectos.

Si bien los insectos se consumen en muchas partes del mundo, faltan regulaciones y estándares adecuados para la cría y el procesamiento de insectos comestibles en algunas regiones. Para mantener la salud y seguridad pública, es crucial establecer pautas para el cultivo, manejo y preparación de insectos como alimento.

Sin regulaciones claras y medidas de seguridad, puede ser desafiante asegurarse de que los insectos que consumimos estén libres de contaminantes o toxinas.

Los insectos contienen quitina que no puede ser procesada por el intestino humano. 

La quitina es un polisacárido que tiene una relación directa con la aparición de ciertos cánceres. 

👉Los insectos no son un alimento para los mamíferos, solamente los pájaros puede procesar la comida de insectos. 👈

Reacciones Alérgicas

Al igual que con cualquier otro alimento, los insectos pueden desencadenar reacciones alérgicas en ciertas personas.

Las alergias no son infrecuentes, y las personas pueden tener grados variables de sensibilidad. El riesgo de desarrollar una reacción alérgica puede ser particularmente alto en las personas que ya son alérgicas a otros insectos o que tienen sensibilidades existentes.

Como resultado, se debe tener precaución al consumir insectos como alimento, especialmente para aquellos con alergias existentes.

Barreras Psicológicas

Las barreras psicológicas en torno a la idea de consumir insectos pueden ser difíciles de superar. El miedo o aversión a los insectos, conocido como entomofobia, es frecuente en muchas sociedades.

Esta respuesta instintiva puede tener raíces evolutivas profundamente arraigadas, ya que históricamente se asociaba a los insectos con riesgos para la salud.

Superar estas barreras psicológicas requiere educación, exposición y un cambio en las actitudes sociales hacia los insectos como fuente de alimento potencial.

Factores Ambientales

A medida que crecen las preocupaciones sobre la sostenibilidad ambiental, el impacto de nuestras elecciones dietéticas está siendo examinado minuciosamente.

La producción y el consumo de proteínas animales convencionales, como carne de res o cerdo, requieren recursos sustanciales y contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y la deforestación.

Por otro lado, tienen un impacto ambiental significativamente menor. Requieren menos agua, producen menos gases de efecto invernadero y pueden ser criados con residuos orgánicos. Incorporar insectos en nuestras dietas podría potencialmente aliviar alguna de la presión sobre el medio ambiente.

El Valor Nutricional

Además de ser respetuosos con el medio ambiente, los insectos también son altamente nutritivos. Son una excelente fuente de proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales.

Algunas especies de insectos incluso contienen aminoácidos esenciales que faltan en muchas fuentes de proteínas de origen animal y vegetal. Al incorporarlos en nuestras dietas, podemos diversificar nuestra ingesta de nutrientes y abordar posibles deficiencias nutricionales de manera sostenible.

El Futuro de la Entomofagia

A pesar de las barreras culturales, de seguridad y psicológicas, hay un creciente interés en explorar la entomofagia, como una opción alimentaria más sostenible.

Se están realizando esfuerzos para desarrollar métodos de cría de insectos, establecer regulaciones de seguridad alimentaria y educar al público sobre los beneficios de incluir insectos en nuestras dietas.

A medida que continuamos buscando fuentes de alimentos alternativas para apoyar a una población mundial en crecimiento, no se puede ignorar el potencial de la aceptación generalizada de los insectos como una fuente de alimento viable.

En conclusión, la reticencia a consumirlos se deriva de una combinación de factores culturales, de seguridad y psicológicos.

Sin embargo, a medida que la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria se vuelven cada vez más importantes, los insectos ofrecen una solución prometedora.

Con regulaciones adecuadas, educación y un cambio en las actitudes sociales, la incorporación de insectos en nuestras dietas puede volverse más común en el futuro.