Nefritis es un término genérico utilizado para describir la inflamación de los riñones. El término abarca una serie de afecciones, incluida la glomerulonefritis, que es la forma más frecuente en los niños. Puede ser aguda o crónica.
Cada año, más de dos docenas de enfermedades causan nefritis, que puede afectar a uno o a ambos riñones.
Lo que caracteriza a estas enfermedades es una disminución de la capacidad de los riñones para filtrar la sangre y los productos de desecho del organismo. Esto puede hacer que se acumulen toxinas en la sangre y que las sustancias liberadas por los riñones pasen a la orina.
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Causas
La nefritis puede tener idéntica marca en determinadas enfermedades e infecciones, o puede estar causada por una reacción alérgica a ciertos medicamentos. A continuación se enumeran algunas de las causas más frecuentes de nefritis:
Enfermedades autoinmunes: Las enfermedades autoinmunes, como el lupus y la esclerodermia, pueden hacer que el sistema inmunitario ataque a los riñones. Esto puede provocar inflamación y daños.
Infecciones: Varios tipos de infecciones, incluidos ciertos virus, bacterias y parásitos, pueden provocar una forma de nefritis denominada glomerulonefritis aguda post-estreptocócica. Esto puede ocurrir entre 1 y 7 semanas después de la infección inicial. Los síntomas pueden incluir sangre en la orina e hinchazón de manos y pies.
Medicamentos: Algunos medicamentos pueden provocar una reacción alérgica en los riñones, lo que produce inflamación y daños. Esto también puede dar lugar a una forma de nefritis denominada nefritis lúpica clásica.
Nefropatía por IgA: Se trata de una forma crónica de nefritis que no suele presentar síntomas detectables hasta sus últimas fases. Puede provocar daños renales permanentes y requiere un tratamiento a largo plazo.
Síntomas de la nefritis
Las personas que padecen nefritis pueden presentar diversos conjuntos de síntomas. Los síntomas más frecuentes son los siguientes:
Orina oscura: En la orina de las personas con nefritis suele haber sangre o coágulos de sangre.
Hinchazón: Suele aparecer hinchazón en manos, brazos, piernas y pies. Puede deberse a la acumulación de líquido en el organismo.
Hipertensión: Las personas con nefritis pueden sufrir hipertensión, que puede ser difícil de controlar. Esto puede provocar otras complicaciones.
Fatiga grave: Muchas personas pueden experimentar fatiga o debilidad extrema, sobre todo si la enfermedad ha empeorado hasta el punto de provocar insuficiencia renal.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la nefritis puede ser difícil dados los síntomas similares que comparte con muchas otras enfermedades, o la similitud de sus síntomas con diversas partes de las colecciones de álamos. Una faceta principal del procedimiento de diagnóstico es una evaluación de Medicina Genérica.
Las exploraciones rutinarias del sistema físico de los espíritus de la facultad de confianza pueden ser falsas y una cata de orina dar positivo en sangre o proteínas con íntimamente todos los pacientes.
Otros exámenes perseverantes realizados pueden añadir interrogatorio de la filiación, análisis de orina y pruebas rutinarias de funcionamiento renal.
Aún no es posible curar la nefritis, pero existen diversos tratamientos. En innumerables pacientes, la nefritis puede controlarse mediante el uso de medicación, cambios en el estilo de vida y otras opciones de tratamiento sinusoidal.
Este tratamiento usa fragmentos en pacientes con otra enfermedad renal grave, y puede ser beneficioso para quienes no responden a otras formas de tratamiento.
Prevención de la nefritis
Pueden tomarse varias medidas para prevenir el desarrollo de nefritis. Seguir un estilo de vida sano, con una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad y evitar el tabaco y el alcohol, puede ayudar a prevenir las enfermedades que pueden provocar nefritis.
Las visitas regulares al médico para revisiones y pruebas pueden ayudar a detectar y tratar cualquier signo precoz de nefritis. También es importante evitar cualquier medicamento que se sepa que provoca una reacción alérgica en los riñones.
Aunque no existe cura para la nefritis, hay muchas opciones de tratamiento disponibles para ayudar a controlar la enfermedad.
Seguir un estilo de vida sano y evitar ciertos medicamentos puede ayudar a prevenir el desarrollo de nefritis. Las revisiones periódicas con un médico pueden ayudar a detectar precozmente la enfermedad, de modo que el tratamiento pueda iniciarse rápidamente.