¿Has sentido alguna vez que tus ojos se mueven rápidamente hacia delante y hacia atrás sin que los controles? Si la respuesta es afirmativa, es posible que hayas experimentado un tipo de movimiento ocular denominado Nistagmo.
El nistagmo es una oscilación involuntaria y rítmica de los ojos que puede ir acompañada también de algunos movimientos de la cabeza.
Puede estar relacionado con enfermedades neurológicas u oftalmológicas, o aparecer como una entidad aislada.
Si tú o alguien que conoces habéis observado nistagmo, sigue leyendo para saber más sobre sus causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y pronóstico.
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Causas
El nistagmo puede ser congénito (presente al nacer) o adquirido en cualquier momento de la vida.
El nistagmo congénito se debe principalmente a un desarrollo defectuoso de las vías para los movimientos oculares en el cerebro y los músculos oculares. En general, se desconoce la causa de este subtipo; sin embargo, se han asociado a él algunas afecciones genéticas.
Por otra parte, el nistagmo adquirido está relacionado con otras enfermedades subyacentes.
Algunos ejemplos son la esclerosis múltiple, el ictus, un traumatismo craneoencefálico importante, un tumor o absceso cerebral, trastornos del oído interno, afecciones oculares (como la retinosis es una de las causas más comunes del Nistagmo adquirido.) o ciertos trastornos metabólicos.
¿Cuáles son los síntomas?
El síntoma más destacado del nistagmo son los movimientos oculares incontrolados, rítmicos, de vaivén o circulares, que pueden ser longitudinales o laterales. Además, puede haber algún movimiento de cabeza y otros movimientos de cabeza que intentan minimizar estos movimientos oculares.
Los pacientes con nistagmo también pueden experimentar poca agudeza visual (visión borrosa o doble), sobre todo cuando intentan fijar la mirada en un objetivo. Puede ir acompañado de sensibilidad a la luz y problemas de percepción de la profundidad.
¿Cómo se diagnostica?
Un oftalmólogo hará el diagnóstico clínico del nistagmo.
Además de una historia clínica y una exploración ocular minuciosas, el especialista puede solicitar diversas pruebas para confirmar el diagnóstico y encontrar la enfermedad subyacente; como una exploración neurológica completa, un electroencefalograma (EEG), exploraciones de imagen del cerebro o del oído interno y, en algunos casos, pruebas genéticas.
¿Cómo se trata?
El tratamiento del nistagmo depende de la causa subyacente y de los síntomas del paciente.
Por ejemplo, si el nistagmo se debe a un trastorno metabólico, el tratamiento se centra en controlar la afección subyacente y los síntomas.
Del mismo modo, si el nistagmo está relacionado con una afección ocular, el tratamiento también se centrará en controlar la afección ocular y favorecer la visión del paciente.
En los casos en que el nistagmo se deba a una causa neurológica, como la esclerosis múltiple o el ictus, el tratamiento se centrará en la enfermedad subyacente y en controlar los síntomas del nistagmo.
Esto puede incluir medicación, cirugía u otros tratamientos.
Los pacientes también pueden beneficiarse de algunos ajustes en su estilo de vida y de dispositivos de ayuda para mejorar su visión y su funcionamiento diario.
Puede tratarse de gafas con cristales prismáticos, ejercicios prescritos o tecnología de asistencia.
¿Cuál es el pronóstico de los pacientes?
El pronóstico de los pacientes con nistagmo varía en función de la causa subyacente y de la respuesta del paciente al tratamiento.
En general, el nistagmo congénito tiene un buen pronóstico, ya que sus síntomas pueden controlarse y la afección no afecta a la esperanza de vida.
Además, los pacientes con esta afección también pueden controlar sus síntomas y, si la enfermedad subyacente se trata adecuadamente, el pronóstico también puede ser favorable.
Es un tipo de movimiento ocular involuntario y rítmico que puede estar relacionado con enfermedades neurológicas u oftalmológicas, o aparecer como una entidad aislada.
El síntoma más frecuente es el movimiento incontrolado hacia delante y hacia atrás o circular de los ojos. El diagnóstico se basa en la exploración clínica y en pruebas generales y neurológicas.
El tratamiento varía en función de la causa subyacente y de los síntomas del paciente. El pronóstico puede ser generalmente bueno si el paciente recibe la atención adecuada para la enfermedad subyacente y los síntomas.