¿Qué es la tuberculosis?

La tuberculosis, también conocida como TB, es una enfermedad infecciosa grave causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis.

Afecta principalmente a los pulmones, pero también puede afectar a otras partes del cuerpo, como las articulaciones, el cerebro, el corazón y los riñones. Si no se trata, la tuberculosis puede ser mortal.

En los últimos años, el riesgo de desarrollar tuberculosis se ha agravado debido a la aparición de cepas de la bacteria resistentes a los fármacos.

Otros artículos que te pueden interesar: Las principales enfermedades respiratorias: Síntomas y causas.

¿Cómo se propaga?

La tuberculosis se transmite de persona a persona a través del aire cuando una persona infectada tose, habla o estornuda.

Por eso la tuberculosis es muy contagiosa, sobre todo en lugares cerrados, como cárceles, albergues para indigentes y cuarteles militares.

Sin embargo, es importante señalar que no todas las personas expuestas a la tuberculosis se infectan o desarrollan la enfermedad.

De hecho, sólo entre el 5% y el 10% de las personas infectadas desarrollan tuberculosis activa.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la tuberculosis activa pueden variar de una persona a otra, pero suelen incluir una tos persistente que dura más de tres semanas, dolor torácico, tos con sangre, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso inexplicable.

Como ya se ha dicho, si no se trata, puede llegar a ser mortal. Por tanto, es importante buscar atención médica si se presenta alguno de estos síntomas.

¿Cómo se diagnostica la tuberculosis?

La tuberculosis puede ser difícil de diagnosticar, pero el método más habitual consiste en realizar una prueba cutánea denominada prueba de la tuberculina o un análisis de sangre denominado prueba Quantiferon de la tuberculosis.

En algunos casos, también puede utilizarse una radiografía de tórax, una prueba de esputo o una broncoscopia para ayudar a diagnosticar la enfermedad.

Si las pruebas indican que la persona está infectada, pueden ser necesarias otras pruebas para determinar si la infección está activa o latente.

Tratamiento

Suele tratarse con una combinación de varios antibióticos diferentes, tomados durante un periodo de seis a nueve meses.

Es importante completar todo el tratamiento para evitar el desarrollo de cepas de la bacteria resistentes a los fármacos.

En algunos casos, puede ser necesaria la hospitalización si la infección es grave o la persona tiene otros problemas de salud.

Además del tratamiento con antibióticos, es importante tomar medidas para reducir el riesgo de propagación de la infección, como taparse la boca y la nariz al toser o estornudar.

Es una enfermedad infecciosa grave causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis.

Afecta principalmente a los pulmones, pero también puede afectar a otras partes del cuerpo.

Se transmite de persona a persona a través del aire, y los síntomas de la tuberculosis activa pueden incluir tos persistente, dolor torácico, tos con sangre, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso inexplicable.

Suele tratarse con una combinación de varios antibióticos diferentes durante un periodo de seis a nueve meses.

Es importante completar todo el tratamiento para evitar el desarrollo de cepas de la bacteria resistentes a los fármacos.

Si crees que puedes tener tuberculosis, es importante que busques atención médica lo antes posible.